viernes, 14 de junio de 2013

Piensa Aliméntate Ahorra..

Trastornos alimenticios:


Bulimia:

La tríada característica de la bulimia

Bulimia: tipos, causas y consecuencias
© Thinkstock
El atracón. Una ingestión masiva y desaforada de alimentos de hasta 15.000 o 20.000 calorías, durante un tiempo variable en que el paciente experimenta una pérdida de control y gran dificultad para dejar de comer.
La frecuencia de los atracones es variable: uno o dos al mes, todos los días o incluso varias veces al día. Se pierde el placer de comer y de saborear los alimentos; se come, sin tener hambre, de una forma sucia y desordenada: con las manos y apretando la comida para que entre mayor cantidad de ella en la boca; prácticamente no se mastica; etc.
Se acaba de comer por cansancio físico, porque se ha terminado la comida o por malestar, con náuseas, vómitos y dolor de vientre.

Tipos de bulimia nerviosa

Hay dos tipos de bulimia nerviosa:
Tipo purgativo. Durante el episodio de bulimia nerviosa, el enfermo se provoca el vómito con regularidad o abusa de laxantes, diuréticos o enemas.

Tipo no purgativo. En este caso, para controlar el peso utilizan como mecanismos compensadores el ayuno y el ejercicio excesivo durante los días siguientes al atracón, pero regularmente no hay vómitos autoinducidos, abuso de laxantes, diuréticos o enemas.

Consecuencias de la bulimia

Las complicaciones más importantes se derivan de los vómitos y del abuso de laxantes. En general, presentan cansancio físico y psíquico, con disminución de los rendimientos escolares y laborales; acaban por abandonar totalmente sus obligaciones, su aseo y su persona.

Alteraciones digestivas
. Son las más frecuentes, entre las que destacan úlceras en el esófago, por el paso del contenido del estómago a la boca; aumento del tamaño de las glándulas salivares; dilatación del estómago o rotura, ya sea por la ingesta masiva o por el esfuerzo al vomitar; pérdida significativa del esmalte dental y aparición de caries dentales; callosidades en las manos (signo de Russell), por el paso ácido del vómito autoprovocado por el dorso de la mano.

Alteraciones respiratorias
. Puede aparecer ronquera crónica e infecciones pulmonares por la aspiración hacia el pulmón de alimentos al vomitar.
Alteraciones cardiovasculares. Alteraciones del ritmo cardíaco secundarias al déficit en potasio a causa de las conductas purgativas, ya sean los vómitos o el abuso de laxantes, que pueden ocasionar la muerte.
La deshidratación por vómitos o abuso de laxantes provoca que la presión de la sangre sea baja. A raíz de los esfuerzos para vomitar es posible que aparezcan puntos rojizos en cara y cuello por roturas de pequeños vasos sanguíneos, al igual que hemorragias en la conjuntiva de los ojos.

Alteraciones neurológicas. Se produce una atrofia del cerebro y pueden tener crisis convulsivas (epilépticas).

Alteraciones hormonales
. Es posible que tengan los ciclos menstruales normales, aunque lo habitual es que presenten irregularidades menstruales o amenorrea, al igual que las anoréxicas.

Alteraciones renales. A consecuencia de los vómitos y las diarreas se producen deshidratación y alteraciones en los niveles de potasio, sodio y cloro.

Alteraciones psíquicas. La depresión aparece tanto como causa como consecuencia.
Casi en la mitad de los casos tienen o han tenido un trastorno afectivo. Las alteraciones más frecuentes son las siguientes: – Intentos de suicidio.
– Consumo de drogas o alcohol (7-10 %).
– Trastornos de pánico.
– Ansiedad, no sólo antes del atracón, sino acompañando al descontrol que favorece su desencadenamiento.
– Fobia social, es decir, evitan relacionarse con la gente o salir, porque no se gustan.
Esto en ocasiones puede ser la causa definitiva de abandono del trabajo o estudios.
– Irritabilidad.
– Alteraciones del sueño.
– Alteraciones de la personalidad.
– Cleptomanía (impulso obsesivo e incontrolable de robar objetos sin valor monetario ni sentimental alguno).
Encuentra más información al respecto en: Trastornos de la conducta alimentaria
Anorexia:

¿QUÉ ES?

La anorexia consiste en un trastorno de la conducta alimentaria que supone una pérdida de peso provocada por el propio enfermo y lleva a un estado de inanición. La anorexia se caracteriza por el temor a aumentar de peso, y por una percepción distorsionada y delirante del propio cuerpo que hace que el enfermo se vea gordo aun cuando su peso se encuentra por debajo de lo recomendado. Por ello inicia una disminución progresiva del peso mediante ayunos y la reducción de la ingesta de alimentos.
Normalmente comienza con la eliminación de los hidratos de carbono, ya que existe la falsa creencia de que engordan. A continuación rechaza las grasas, las proteínas e incluso los líquidos, llevando a casos de deshidratación extrema. A estas medidas drásticas se le pueden sumar otras conductas asociadas como la utilización de diuréticos, laxantes, purgas, vómitos provocados o exceso de ejercicio físico. Las personas afectadas pueden perder desde un 15 a un 50 por ciento, en los casos más críticos, de su peso corporal. Esta enfermedad suele asociarse con alteraciones psicológicas graves que provocan cambios de comportamiento, de la conducta emocional y una estigmatización del cuerpo.

SÍNTOMAS DE ANOREXIA

Esta patología se caracteriza por una pérdida significativa de peso provocada por el enfermo y por una percepción errónea del propio cuerpo. En consecuencia, los problemas endocrinos se hacen evidentes en un espacio de tiempo relativamente corto. Los principales síntomas que determinan la aparición de la enfermedad son los siguientes:
  • Rechazo a mantener el peso corporal por encima del mínimo adecuado para la edad y talla del enfermo.
  • Miedo al aumento de peso o a la obesidad incluso cuando el peso se encuentra por debajo de lo recomendable.
  • Percepción distorsionada del cuerpo, su peso y proporciones.
  • Ausencia de tres ciclos menstruales consecutivos en las mujeres (amenorrea). Los anoréxicos pueden experimentar una serie de síntomas muy variados: estreñimientoamenorrea, dolor abdominal, vómitos, etc.
Pero es la familia la que detecta los síntomas que dan la voz de alarma:
  • Preocupación excesiva por la composición calórica de los alimentos y por la preparación de los alimentos
  • Constante sensación de frío
  • Reducción progresiva de los alimentos
  • Obsesión por la imagen, la báscula, los estudios y el deporte
  • Utilización de trampas para evitar la comida
  • Hiperactividad
A estos síntomas se le suman otros rasgos típicos como la irritabilidad, la depresión y los trastornos emocionales o de la personalidad. Asimismo, se manifiesta una alteración de la sensación de saciedad y plenitud antes de las comidas, náuseas, hinchazón, o incluso ausencia de sensaciones. En esta patología también se observan numerosos trastornos cognitivos que se centran en los alimentos, el peso corporal y el aspecto físico:
  • Abstracciones selectivas
  • Uso selectivo de la información.
  • Generalizaciones
  • Supersticiones.
  • Se magnifica el lado negativo de cualquier situación.
  • Pensamiento dicotómico.
  • Ideas autorreferenciales.
  • Inferencia arbitraria
Obesidad Como Enfermedad:

¿QUÉ ES?

La obesidad es una enfermedad crónica tratable. Se produce cuando existe un exceso de tejido adiposo (grasa) en el cuerpo. Aparte del problema que de por sí representa la obesidad, los expertos advierten de que sus efectos más negativos se producen porque actúa como un agente que exagera y agrava a corto plazo y de forma muy evidente patologías graves como la diabetes, la hipertensión, las complicaciones cardiovasculares (especialmente la cardiopatía isquémica), e incluso algunos tipos de cáncer como los gastrointestinales.
Con excepción de las personas que son muy musculosas, aquellas cuyo peso supera en un 20 por ciento o más el punto medio de la escala de peso según el valor estándar peso/altura, son consideradas obesas. La obesidad puede ser clasificada como leve (del 20 al 40 por ciento de sobrepeso), moderada (del 41 al 100 por cien de sobrepeso) o grave (más del cien por cien de sobrepeso). La obesidad es grave en solamente el 0,5 por ciento de las personas obesas.

CAUSAS

Hay muchas causas implicadas en la aparición del problema. Aparte, de los malos hábitos de vida (mala alimentación y falta de ejercicio físico) también existen factores genéticos y orgánicos que inducen su aparición.Investigaciones recientes sugieren que, por término medio, la influencia genética contribuye en un 33 por ciento aproximadamente al peso del cuerpo, pero esta influencia puede ser mayor o menor en una persona en particular.
También pueden influir los factores socioeconómicos. Estos factores influyen fuertemente en la obesidad, sobre todo entre las mujeres. En algunos países desarrollados, la frecuencia de la obesidad es más del doble entre las mujeres de nivel socioeconómico bajo que entre las de nivel más alto. El motivo por el cual los factores socioeconómicos tienen una influencia tan poderosa sobre el peso de las mujeres no se entiende por completo, pero se sabe que las medidas contra la obesidad aumentan con el nivel social. Las mujeres que pertenecen a grupos de un nivel socioeconómico más alto tienen más tiempo y recursos para hacer dietas y ejercicios que les permiten adaptarse a estas exigencias sociales.
Y por último están los factores psicológicos, que durante un tiempo fueron considerados como una importante causa de la obesidad, se consideran actualmente como una reacción a los fuertes prejuicios y la discriminación contra las personas obesas. Uno de los tipos de trastorno emocional, la imagen negativa del cuerpo, es un problema grave para muchas mujeres jóvenes obesas. Ello conduce a una inseguridad extrema y malestar en ciertas situaciones sociales.

SÍNTOMAS DE OBESIDAD

La acumulación del exceso de grasa debajo del diafragma y en la pared torácica puede ejercer presión en los pulmones, provocando dificultad para respirar y ahogo, incluso con un esfuerzo mínimo. La dificultad en la respiración puede interferir gravemente en el sueño, provocando la parada momentánea de la respiración (apnea del sueño), lo que causa somnolencia durante el día y otras complicaciones.
La obesidad puede causar varios problemas ortopédicos, incluyendo dolor en la zona inferior de la espalda y agravamiento de la artrosis, especialmente en las caderas, rodillas y tobillos.
Los trastornos cutáneos son particularmente frecuentes. Dado que los obesos tienen una superficie corporal escasa con relación a su peso, no pueden eliminar el calor del cuerpo de forma eficiente, por lo que sudan más que las personas delgadas. Es frecuente asimismo la tumefacción de los pies y los tobillos, causada por la acumulación a este nivel de pequeñas a moderadas cantidades de líquido (edemas).

TIPOS DE OBESIDAD

La obesidad se clasifica en dos tipos: central o androide y periférica o imoide. La primera es la más grave y puede conllevar importantes complicaciones patológicas. La obesidad central localiza la grasa en el tronco y predispone a sufrir complicaciones metabólicas (especialmente la diabetes tipo 2 y las dislipemias). La obesidad periférica acumula el depósito de grasa de cintura para abajo y produce problemas de sobrecarga en las articulaciones.

• Obesidad mórbida.

La obesidad mórbida es una de las enfermedades más características de nuestro tiempo, sobre todo por el número de complicaciones que tiene asociadas. Para tratarla es necesario el empleo de la cirugía, ya que las dietas no surten ningún tipo de efecto. Las técnicas para reducirla son de dos tipos: reseccionistas, encaminadas a inducir una mala absorción de los alimentos, o restrictivas. Las segundas son menos agresivas, ya que no precisan resecar nada; basta con reducir el tamaño del estómago para que el paciente no pueda comer. La cirugía reseccionista es la única forma de que el enfermo pierda peso en muchos casos de obesidad mórbida. Con las técnicas reductoras se producen menos efectos secundarios, pero no se pierde peso con la misma facilidad. Existen tres técnicas quirúrgicas para la obesidad mórbida: la gastroplastia vertical o técnica de Maxon, la gastroplastia con banda gástrica ajustable o el "by-pass" gástrico.

• Obesidad infantil.

Entraña alteraciones endocrinometabólicas que condicionan un mayor riesgo cardiovascular en la edad adulta. Estos factores se relacionan, fundamentalmente, con la edad de inicio de la obesidad y con el tiempo de evolución. Cuando la obesidad se presenta en edades muy tempranas o cuando el tiempo que se ha estado padeciendo es prolongado, el riesgo de presentar eventos cardiovasculares en la edad adulta es también más elevado. Los médicos aconsejan que para prevenir la obesidad en los niños es bueno que la dieta sea variada y elástica, reduciendo las grasas de la bollería, pastelería y la comida industrial en general. También es fundamental que hagan ejercicio, que sean conscientes de que deben tener una alimentación sana y que no vean tanto la televisión.

No hay comentarios:

Publicar un comentario